A oscuras. Foto José Espinoza, para Mi Prensa.
Franklin Castro R.
franklindecostarica@gmail.com
La avería que sufrió el ferry Tambor III la tarde del sábado 15 de diciembre del 2012 y que alargó el viaje entre Puntarenas y Paquera a tres horas, se debió a un desperfecto mecánico, según confirmó la División Marítima Portuaria del Ministerio de Obras Públicas y Transportes MOPT. La versión oficial nos fue comunicada a solicitud de Mi Prensa, hasta el 08 de febrero del 2013.
La siguiente es la respuesta de Fernando Araya M., Director de Gestión, División Marítima Portuaria del MOPT, a las consultas enviadas por Mi Prensa.
“Me refiero a su solicitud de información sobre el incidente ocurrido en el servicio de ferry Puntarenas – Paquera, ferry Tambor 3, el día 15 de diciembre del 2012. Al respecto y luego de realizadas las indagaciones del caso, me permito indicarle lo siguiente:
1) Como bien usted lo menciona, el incidente se debió a un desperfecto mecánico, lo que ocasionó efectivamente un atraso en el cumplimento de los itinerarios establecidos para los últimos dos viajes de ese día.
2) Según información de la concesionaria y las comprobaciones documentales en sitio, dicho desperfecto fue corregido en ruta por la tripulación con la diligencia que exige este tipo de eventos, que son de naturaleza imprevisible.
3) Una vez atracado el ferry en Paquera, se procedió a revisar y localizar la falla, la que se debió a un desperfecto «menor» debido a una obstrucción de las tuberías de alimentación de combustible de los motores principales de proa.
4) Los equipos de propulsión de las embarcaciones modernas poseen diversidad de indicadores y controles, que al igual que los motores de los vehículos terrestres (modernos), al menor mal funcionamiento de un componente por pequeño que sea, emiten advertencias para que se tomen las prevenciones del caso y se eviten daños mayores a componentes más importantes.
5) En este caso la tripulación actuó de conformidad.
Debo agregar que este tipo de eventos de acuerdo a nuestros registros, son de ocurrencia muy baja en relación con los más de 4380 viajes al año que realiza la concesionaria (probabilidad de ocurrencia 0.02%), por lo que no deben verse como una amenaza a la continuidad del servicio público que nos ocupa. Además, los transbordadores están sujetos a inspecciones periódicas y a un mantenimiento y controles rigurosos para evitar que puedan presentar fallas mientras estén en servicio. Prueba de ello es que el transbordador en cuestión continuó ofreciendo servicio sin novedad ese mismo día y en días posteriores.
Por tanto, la administración asume lo sucedido como un evento fortuito que se enfrentó de conformidad al protocolo normal de mantenimiento correctivo ante una falla menor inesperada”.