Aparte de las clásicas medidas para controlar las poblaciones de mapaches en zonas urbanas, como el manejo adecuado de residuos en contenedores “a prueba de mapaches”, limitar el acceso a refugios en casas y edificios, cerrando posibles puntos de ingreso, la Escuela de Medicina Veterinaria de la Universidad Nacional (EMV-UNA) recomienda también utilizar sustancias repelentes, las cuales por su potente olor alejarán a los mapaches de los lugares frecuentados.
Mario Baldi, investigador y coordinador del Programa de Investigaciones en Enfermedades Tropicales (PIET) de la UNA, explicó que al tener los mapaches un excelente olfato, el uso de cloro, vinagre, amoniaco y bolas de naftaleno, por las áreas donde frecuentan estas especies silvestre provocará que se alejen del lugar, lo cual se contribuye con la salud pública y el cuidado de la vida silvestre. “Este tipo de medidas, además favorecen a reducir el riesgo de exponerse a agentes causales de enfermedad zoonótica como Salmonella, Leptospirosis, Baylisascariosos y otros, presentes en estos animales”, agregó el experto.
Baldi indicó que la presencia de mapaches en zonas urbanas es un fenómeno relativamente nuevo en Costa Rica, no así en otras partes del mundo, en especial en Estados Unidos y Canadá, donde una de las principales causas se asocia con la disponibilidad de alimento (basura, alimento de mascotas, cultivo).
Subrayó que, adicionalmente, las ciudades ofrecen condiciones que permiten a estos animales establecerse en con gran facilidad (techos de edificios, ríos circundantes, casas abandonadas) y su gran habilidad para adaptarse a los ambientes humanos. “Muchas veces esto desemboca en lo que se conoce como un conflicto entre estas especies silvestres peri-domésticas y los residentes locales. Este conflicto va desde la incursión en casas o daños en la propiedad, hasta el riesgo de exponerse a algunos agentes causantes de enfermedad en humanos”, recalcó Baldi.