Por Rafael Ángel Rodríguez Castro
Ex Alcalde de Puntarenas
En los próximos días voy a cumplir 80 años y nunca, nunca pensé llegar a ver tanta violencia y agresividad que me diera vergüenza a nivel internacional y miedo del país que le estoy heredando a mis nietos y bisnietos.
Costa Rica experimenta un giro a la violencia, solo comparable a países atrasados y sin cultura.
Un partido de fútbol con dos heridos y varios detenidos, crímenes por doquier donde nadie se salva, hombres mujeres y niños por igual, desde Peñas Blancas, a Paso Canoas, de Limón a mi querida Puntarenas.
Lo que pasó en el estadio Morera Soto, que es solo una manifestación de esta época oscura donde emboscan a policías para asesinarlos, donde niños, mujeres y ancianos caen asesinados por sicarios, no es propia de nuestras tradiciones de paz que nos heredaron nuestros abuelos.
Esta es la historia que estamos viviendo, un país sumido en la violencia y en la confrontación, pero lejos de que haya una política pública que ataque de raíz el problema, el en el Presupuesto se le quitan fondos al Ministerio de Seguridad, prácticamente se cierra la Academia de Guardacostas, se eliminan las becas, obligando a los jóvenes a dedicarse al sicariato, se amenaza a las familias pobres con quitarle los subsidios, y un sin fin de situaciones que están empujando a los pobres de delinquir para poder sobrevivir.
El país contabiliza al día más de 870 asesinatos este año y el Ministro de Seguridad, dicen que bajaron las expectativas de los crímenes, parece que es un mal de muchos, consuelo de tontos. Pero también, y esto es lamentable, este nivel de violencia tiene que ver con la forma en que se está manejando la conducción política del país.
Yo, a los 8 décadas, quisiera hacer un llamamiento público a todos en general, tanto a quienes nos están dirigiendo con ese singular estilo, sino también a los diputados, ministros, magistrados, presidente de los Supremos Poderes, y todos los ticos de pie, que hagamos un alto en esta confrontación, y juntos busquemos la forma de detener la violencia y los crímenes que son como una nueva epidemia de nuestra Costa Rica y no permitamos que el buen nombre de nuestro país se siga manchando a nivel internacional y que los turistas y amigos extranjeros sigan viniendo a disfrutar de nuestra hospitalidad, sin tener temor a regresar en un ataúd.
Todos debemos de poner un granito de arena y si hay que hacer cambios en la legislación, endurecer las leyes, o fortalecer los programas preventivos que lo hagamos a la mayor brevedad, sin estar pensando en cómo usar esta catastrófica situación para sumar votos.
Se los pide un viejo de 80 años que solo quiere dejar un país a mis nietos y bisnietos. mejor o igual que el que me dejaron mis abuelos.
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