Franklin Castro Ramírez
Nos preparábamos para realizar el programa de radio Balón y Ciencia el pasado viernes 21 de septiembre del 2012. Habían dos temas en la agenda; la decisión del Concejo Municipal de Paquera de revocar el acuerdo de la firma de un convenio con la Asociación de Desarrollo Integral de Paquera ADIP, para limpieza de la playa en Isla Tortuga y la necesidad de reparar el puente de San Rafael.
Desde los noventas, en varias etapas siempre hemos colaborado con el locutor y comunicador Pablo Aguirre, propietario y director del programa. Ocasionalmente el me cedía el espacio para que yo lo realizara desde Paquera y al conducirlo, siempre buscaba las dos versiones de los temas, tal y como lo aprendí en las muchas capacitaciones que recibí de La Nación, medio del que soy corresponsal desde mis tiempos de colegio.
Si abordábamos temas municipales se les invitaba, además siempre que promocionábamos el programa, decíamos que cualquiera que deseara participar solo debía comunicarse con nosotros. Así lo hicimos el viernes 21. Sin embargo, a las 12:59, justo 46 minutos antes de empezar, me llamó Aguirre para decirme que yo no iba a conducir el programa. Me preguntó: cuál era el problema de la ADIP, con la municipalidad.
En aquella llamada me dijo que en esa entidad estaban molestos, que había comentarios en las redes sociales y que a él se le habían entregado documentos… De nuestra parte queríamos transmitir las dos versiones, que conocieran de los regidores sus argumentos (la deuda con la Caja, fue el motivo según se dijo), pero también la otra parte tenía derecho a emitir sus criterios.
Aunque Aguirre había mantenido una posición fuerte y contraria a la permanencia de la familia Cubero en Isla Tortuga, de quien manifestaba una y otra vez que el Concejo Municipal de Paquera debía desalojarlos de ese lugar. Incluso nos había manifestado que cabía una denuncia contra la entidad municipal por incumplimiento de deberes. Las cosas cambiaron en las últimas semanas. La línea editorial varió.
Le pregunté si esas situaciones no me iban a limitar en mi libertad de expresión al realizar programas de radio relacionados a temas polémicos de la isla. El me tranquilizó diciéndome que no me preocupara, que yo mantenía la autonomía cada vez que tuviese el programa a mi cargo. Aquel día quise poner a prueba aquella afirmación, pero no hubo tiempo. La censura llegó de previa y las palabras se apagaron ante el poder de los que temen a la crítica.
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Qué barbaridad , que se tratee así el derecho de prensa . Sin embargo estoy segurro que las organizaciones sociales de Paquera , harán lo suyo en su momento , para hacer vaaler sus derechos como pobladores de este disstrito . ATT : E. MSc. CARLOSS L. MEJIAS A.