• 90% de los componentes se puede reutilizar.
• Cada teléfono reciclado previene emitir un kilogramo de dióxido de carbono.
kölbi, marca comercial del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), lanza a partir de hoy su campaña Dandö & dandö el planeta sale ganando, la cual busca promover el reciclaje de los celulares y sus componentes. El manejo incorrecto de estos residuos ocasiona daños considerables al ambiente.
El ICE recibirá teléfonos de desecho en sus agencias y tiendas seleccionadas (Información en www.kölbi.cr). Cada aparato reciclado previene la emisión de un kilogramo de dióxido de carbono.
Según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en 2016 se desecharon 435.000 toneladas de celulares a nivel mundial, con un valor estimado de $9.500 millones. Además, en 2018 se generaron 48,5 millones de toneladas de desechos electrónicos, cifra que equivale a 4.500 veces el peso de la Torre Eiffel.
De 2008 a la fecha, el programa Reciclamóvil ha logrado disponer de manera correcta de 17.100 kilos de residuos celulares, que se han recolectado en los contenedores ubicados en las agencias y las tiendas del Instituto.
“Los celulares incluyen materiales que son potencialmente dañinos para el ambiente, por lo que no deben desecharse como residuos comunes en los hogares. Con esta nueva campaña, kölbi quiere concientizar a los costarricenses sobre su adecuado tratamiento”, indicó Isaac Vargas, de la Unidad de Productos y Servicios de Telecomunicaciones.
El 90% de los componentes de un celular pueden ser reutilizados tras cumplir su vida útil. Los materiales que más se aprovechan son el plástico y el metal. Por su parte, de las baterías se recuperan insumos para construcción, equipo de laboratorio y nuevos dispositivos móviles.
Las agencias del ICE cumplen con todas las medidas sanitarias dispuestas por las autoridades de salud para enfrentar la pandemia de COVID-19, entre las que se destacan la prioridad de atención a adultos mayores y personas con discapacidad; el control de flujo de entradas y salidas; la aplicación del 50% de la capacidad instalada de atención de clientes; el uso obligatorio de protección facial en clientes y colaboradores; la señalización para el distanciamiento adecuado y las medidas de higiene correspondientes.