El Servicio Nacional de Guardacostas llevó a cabo una nueva acción en contra de la destrucción de las áreas protegidas de la Península de Nicoya.

 

Esta acción del Guardacostas se registró en el Refugio de Vida Silvestre Caletas Arío, ubicado en las cercanías del río Arío, entre el distrito de Cóbano de Puntarenas y el cantón de Nandayure, Guanacaste.

 

Como parte de un patrullaje para proteger la parte marítima de dicho refugio, los oficiales localizaron, a dos millas náuticas de playa Manzanillo, una embarcación con cuatro tripulantes, entre estos dos nicaragüenses y dos costarricenses.

 

Estas personas no contaban con ningún tipo de licencia de pesca, además de que se encontraban dentro de un área protegida.

 

El capitán de la lancha, un nicaragüense de apellido Cruz, fue puesto a la orden de la Fiscalía de Flagrancia de Santa Cruz, a fin de ser procesado por el presunto delito de pesca ilegal.

 

El otro extranjero fue remitido a la orden de Migración dado que se encontraba irregularmente en el país.

 

Las autoridades les decomisaron aproximadamente 50 kilos de langostas, en su mayoría hembras a las que les habían despojado de sus huevos, con el consiguiente daño ambiental, ya que no les permitieron reproducirse.

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