Franklin Castro R.
Obviamente a todos nos alegra que la Selección Nacional de Fútbol, haya clasificado al Mundial de Brasil 2014. A mi parecer no hemos sido los mejores del área, pero se logró el cupo, lo que ciertamente es lo importante en una eliminatoria. Sin embargo, lo que a veces veo con preocupación es el grado de fanatismo, en un buen número de aficionados.
Yo creo que el fútbol da para celebrar con los amigos, para disfrutar en el estadio, en la casa o en un lugar público, pero hasta ahí. Como deporte que es, no debe de dar para más, al menos en el plano negativo. No para el irrespeto y mucho menos para que algunos exhiban abiertamente su incultura. Hace falta tolerancia, ante la camiseta adversa.
Uno observa en redes sociales, como se lanzan ofensas y acusaciones gratuitas contra árbitros, dirigentes y adversarios, simplemente porque al pensar de muchos, en este país se puede decir lo que quiera porque la libertad lo permite. Lo cierto es que la libertad para expresarse, debe ser ejercida con responsabilidad. En redes hay que gente que escribe, a como habla en la casa.
¿Qué pasaría si a alguien lo demandaran por expresiones difamatorias dichas al calor de un resultado y le condenaran a pagar una acción civil por los daños causados?. ¿Podría demostrar que fulano es un “delincuente”, simplemente por no pitar un penal o por pasar por alto una falta, que desde la pantalla chica y que tras reiteradas repeticiones, los demás vemos con ventaja?.
Me parece que debemos celebrar las victorias y sufrir las derrotas con sabiduría. Sobre todo debemos cultivar la buena educación y jamás mostrarnos como un pueblo iletrado. Se puede confrontar, discutir y polemizar, pero haciendo un buen uso del lenguaje. Nada cuesta -bueno hay que leer-, pero es fundamental para cultivar el intelecto y ser mejores. Algo a lo que todos debemos aspirar…