Franklin Castro R.
Aún no amanecía aquel domingo en los noventas, cuando viajaba de Cóbano a Puntarenas (sector pacífico de Costa Rica), para reportear un juego de primera división, cuando un objeto volador no identificado me sorprendió en Curú a pocos kilómetros de Paquera. El cuerpo de forma ovalada bordeaba las montañas y avanzó rápidamente hasta posarse sobre una colina muy cerca de la carretera, por donde cargado (cargado dije) de miedo, tuve que pasar como alma que lleva el diablo.
Pero aparte del referido suceso, nunca he tenido la oportunidad de observar un habitante de otro mundo. Me los imaginaba como los mostrados en las películas: dermis verdosa, ojos grandes, boca chiquita, estatura reducida y antenas apuntando al cielo. Sin embargo, mis ideas respecto a la descripción exacta de los habitantes de Marte, estaban muy lejos de la realidad.
Al menos eso pensé tras escuchar las palabras del Señor Presidente de la República Dr. Oscar Arias Sánchez, cuando ante los medios de comunicación, descubrió que en el Gobierno había un extraterrestre. Interpretamos entre los términos presidenciales, que el habitante extramundo no era muy diestro en temas de economía, pero si muy hábil como profesional de arquitectura.
Agustín Mourelo, hasta el 16 de septiembre Presidente del Instituto Nacional de Vivienda y Urbanismo INVU, pedía que el gobierno le girara a su dependencia ¢38,000 millones acumulados por pagos no realizados desde 1995. Tras la negativa del Ejecutivo, Mourelo cometió el atrevimiento de “recursar” (esta palabrilla debe ser también de origen marciana) ante la Sala Constitucional, al mismísimo Presidente de La República.
En respuesta ante su osada actitud, el funcionario fue sometido a un “estudio de identidad” por parte del Poder Ejecutivo, tras el cual se detectó que al parecer no era de este mundo. Arias se escudó en que solo un extraterrestre, no se daría cuenta de que las finanzas públicas han sido fuertemente golpeadas por la crisis. Nuestro Presidente no se anduvo con paños tibios y expulsó al “visitante” de su Gobierno.
Sin embargo, yo en calidad de ciudadano terrestre de Costa Rica, me quedo con la duda de si aquellos que viajaban en la nave que observé en Curú, se fueron o se quedaron en nuestro país. ¿Estarán en otras instancias del gobierno, alguna municipalidad, quizás hasta de entrenadores de algún equipo de fútbol o acaso en la federación de Li?. Que don Óscar nos ayude a descubrirlos, si no es que ya es demasiado tarde.